Reza el dicho popular que “De Madriz (con z) al cielo”, pero al menos por 24 horas vamos a cambiar el dicho por “De Lisboa al cielo”. Un gran numero de madrileños se van a trasladar a la capital portuguesa para apoyar a los dos equipos más representativos de la capital de España (con permiso de Rayito y Geta). Es un acontecimiento único que puede que tarde años en repetirse, ya no solo que Madrid y Atlético se vuelvan a enfrentar en una final de la máxima competición europea en el mundo del fútbol, sino que dos equipos de la misma ciudad se enfrenten en la final de dicha competición. De hecho, en las 58 ediciones disputadas, nunca se había dado el caso. También es la segunda ocasión que dos equipos españoles van a disputar la final de la Copa de Europa (ahora Champions). La anterior la tenemos relativamente reciente, ya que fue en el año 2000 y la disputaron en Paris el Real Madrid y Valencia, con victoria para los merengues por 3-0 y consecución de su 8ª Copa de Europa.
Por eso, por lo excepcional del caso, los que vamos a tener la fortuna de vivirlo en directo, pero también los que lo van ha hacer desde el Bernabéu o Calderón viéndolo en pantallas gigantes, o viéndolo en un bar o en casa con los amigos, debemos de disfrutarlo a tope independientemente del resultado final. Solo uno alcanzara la gloria y levantara hacia el cielo de Lisboa la orejona, y por supuesto los madridistas queremos que sea nuestro Madrid. Pero el día en si, hay que vivirlo como algo especial y único. Los que viajamos a Lisboa disfrutando las pocas horas que vamos a estar en esa bella ciudad de lo que la capital lusa nos ofrece, y luego en el estadio animando a tope a nuestros respectivos equipos, pero tanto fuera, como dentro del estadio en un ambiente de gran camarería entre colchoneros y merengues, entre indios y vikingos, pero al fin y al cabo entre madrileños de nacimiento o adopción que solo queremos disfrutar de un gran día de fiesta y ver ganar a nuestro equipo. Y el que pierda, ser capaz de aceptarlo con deportividad y felicitar al contrario (una de las estrofas de nuestro himno dice “cuando pierden dan la mano), y el que gane, haciéndolo con alegría, pero desde el respeto al derrotado. Demos una lección al mundo de que los madrileños somos gente civilizada, que tenemos una ciudad digna de visitar, y que tenemos dos equipos grandes no solo en lo deportivo, sino también en su comportamiento y en sus aficiones.
Por un día, una gran mayoría de madrileños miraremos al cielo de Lisboa (por cierto, y según las previsiones metereológicas un cielo con nubes y lluvioso) , pidiendo por la victoria de nuestro respectivo equipo, pero pase lo que pase y siempre, “De Madriz al Cielo”.
Antonio Armero Rodríguez
Fútbol es fútbol pero me huele a victoria cómoda y amplía tipo frente al Valencia en París 2000 en La Octava
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