sábado, 31 de enero de 2015
EL RINCÓN DEL PEÑISTA / EN DEFENSA DE LA MEMORIA DE JUAN GÓMEZ, JUANITO
Mi amigo César me manda este artículo que os dejo a continuación. A César lo conocí en un viaje a Bilbao con La Gran Familia en el año 1996. Desde entonces dura nuestra amistad, y por aquellos años finales de los 90 hicimos muchos viajes juntos con la Peña por España, cuando aún las entradas para viajar por España a ver a nuestro Madrid eran algo asequibles. Independientemente del numero de carnet de socio que luzca (más o menos es de mi quinta, va camino de los 30 años de socio), César es madridista de los pies a cabeza. De los de pasar frío y calor no solo en el Bernabéu, sino también en la antigua Ciudad Deportiva viendo a los filiales. Por eso a mi amigo César le duele todo lo que le pueda dañar al Madrid, y por eso en este tema referido a Juanito, hay cosas que no le gustan, aunque algunos lo puedan ver como simples anécdotas o temas sin importancia. Pero vale con leer el artículo para ver lo profundo de sus palabras y que Juan era algo más que una invocación cuando las cosas se ponen mal o un cántico en el minuto 7 de cada partido.
Este es su articulo:
EN DEFENSA DE LA MEMORIA DE JUAN GÓMEZ, JUANITO
De tanto recordar a Juanito, de la forma en que se suele hacer de un tiempo a esta parte, ha llegado a suceder que casi nadie se acuerda bien de algo muy importante: era un magnífico futbolista. Cuando continuamente escucho apelar a su espíritu me solazo recordando un regate en una baldosa con su zapateo previo, aquel gol de falta, esa pared, ese control en un escorzo imposible, ese pase con el exterior, ese balón al hueco… Juanito era una maravilla, y es muy triste que ciertos rasgos de su personalidad hayan acabado eclipsando el legado deportivo de un fuera de serie.
Prácticamente nunca escucho referencias a sus logros deportivos, elogios a su inmensa clase, alabanzas a alguno de sus goles etc. Y eso que hay mucho que recordar en este sentido: Juanito consiguió un imposible en la España futbolística que le tocó vivir, concretamente me refiero a que fue masivamente aplaudido en un partido en el Camp Nou y, lo que ya roza la proeza, en Atocha. Ese gol a Arconada resume su trayectoria como jugador, esto es, excelente técnica, rapidez, genialidad, regate y gol. En 1986, en ese estadio, jugando con el Real Madrid y llamándose Juanito sólo podría ser aplaudido quien demostrase ser un portento, y él lo era en el césped.
Invito a los madridistas de buen corazón a que traten de rememorar eso de él, lo otro ya nos lo recuerdan a diario. Que si un escándalo, una sanción, una amenaza, una agresión, que si una polémica… él tenía su forma de ser y todos le acabamos queriendo, durante muchos años fue el corazón del Real Madrid. Si le causó problemas al club o a sí mismo su terrible pronto se le perdona, y se le perdona porque nos dio muchos motivos para ello.
Todo lo dicho anteriormente se puede discutir, habrá quien piense que no era tan bueno (si en algún lugar secreto del Bernabéu se almacenan los silbidos podríamos certificar que así era), o que su actitud en momentos puntuales anulaba sus méritos en el campo, pero creo que todos estaremos de acuerdo en que contribuyó a hacer más grande al Real Madrid.
El madridismo es un sentimiento al que últimamente trata de dársele valor entre otras cosas por los años de permanencia demostrada afiliado a la entidad. Sólo así puedo explicar que aparezca la fecha en la que se apuntó esa persona al lado de la foto en el carnet de socio, lo que ha contribuido más veces de las que yo quisiera a encender las discusiones que he presenciado, y que suelen tener como fondo un “tengo razón porque llevo más tiempo de socio, yo sé más que usted, mire, mire mi fecha en el carnet!”. Y también el indisimulado júbilo por ir bajando de numeración en las cada vez más frecuentes actualizaciones. Se diría que todos sueñan con llegar a tener el número 1 y recibir un gran homenaje donde puedan decir en su minuto de gloria la frase para la historia del club que llevan preparando décadas.
Pero esa historia se construye en el césped, y Juanito, para mí no es el del pisotón, ni el de la frase de los noventa minutos, ni el del botellazo… Juanito es para mí entre otras muchas cosas el del gol de córner directo al Zaragoza, el que centraba a cabeza con esa maestría, el que podía regatear a cualquiera en cualquier momento, el del golazo a N´Kono el mismo día que le perdonó otro al verle lesionado, el que se adaptó perfectamente a jugar por la banda izquierda, su contraria, muchos partidos seguidos cuando se lesionó Gordillo, el que hacía en cada partido tantas cosas y tan bonitas que me duele tener que repetir todo esto, pero desde el club el mutismo se ha vuelto hiriente con el paso de los años.
Él rescindió su contrato y salió por la puerta de atrás después de lo sucedido en Alemania, y desde entonces, salvo un obligado partido de homenaje a su muerte y algún acto aislado que se remonta mucho en el tiempo no se ha vuelto a saber nada. Va para tres años que se cumplió el vigésimo aniversario de su fallecimiento, momento ideal para haber hecho algo, y nadie en el club movió ficha para restaurar realmente su figura como merece, como él se ganó defendiendo el escudo con tanto esfuerzo.
Y no sólo el Real Madrid, también el diario As ha contribuido recientemente a distorsionar su recuerdo, en este caso ya de una manera muy dolorosa. Un diario que yo he comprado durante décadas, del que he llegado a guardar varias cajas con recortes, que me ha proporcionado muchas alegrías y que ha representado lo mejor del periodismo deportivo en España ha caído muy bajo por frivolizar con Juanito.
Mi vocación de joven era ser periodista deportivo, soñaba con acudir cada mañana a la Cuesta de San Vicente a compartir oficina con el sr. Sarmiento Birba, con Luis Arnaiz, Miguel Vidal, Macario Muñoz etc., personas a las que aún admiro, periodistas deportivos de raza…. guardo páginas con fotos del As en huecograbado como si fueran tesoros. Ese diario, que tanto ha escrito sobre Juanito, y por ello al que tanto debe, está dirigido por alguien a quien considero una eminencia del fútbol, una persona que honra a este deporte: Alfredo Relaño. No puedo entender por tanto que haya autorizado la publicación de una noticia en la que aparece uno de sus periodistas, sobre quien me reservo la opinión, llamado Tomás Roncero, acompañado de un tal Toñín el Torero y otras personas. Este grupo de presuntos madridistas supuestamente han utilizado una ouija para establecer contacto con el espíritu de Juanito y preguntarle ciertas cosas.
Humildemente le pediría al sr. Relaño, que llame la atención severamente al sr. Roncero y le prohíba y se prohíba volver a publicar cierto tipo de noticias. Tanto hablar del espíritu de Juanito ha llevado a algunas personas a perder las formas y ofender no sólo a la memoria de Juan Gómez, si no también a atacar de forma grave al prestigio del club.
Quizá todo esto valga para que de una vez por todas ese club reaccione, o para que lo haga este director de diario, pero mucho me temo que quedará en nada, en una queja insignificante de alguien que ha dejado de comprar un diario por la desafortunada difusión de una noticia a su vez desafortunada por demás, y que ha asistido estupefacto al enésimo silencio institucional de un club que ha olvidado a uno de sus estandartes.
Pero la siguiente vez que el Real Madrid pierda un partido de ida fuera de casa volverán a mencionarle, como si ello pudiese hacer que Juanito les ayudase de verdad, y me refiero a los que le invocan, jugadores, prensa y muchos aficionados. Ellos a su vez piensan que así ayudan a Juanito, alimentando su grandeza. Pero la grandeza de este jugador ya está consolidada, lo único que necesita es que se le recuerde con respeto, y si puede ser, con cariño.
Es lo que yo hago cuando cierro los ojos, me transporto al Bernabéu en una tarde soleada de 1983, por ejemplo, y a eso de las cinco menos diez dice la megafonía:
“Con el número 7, Juanito!!!”
César Arnanz Garrido.
Muchas gracias Cesitar!!!
Antonio Armero Rodríguez
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EL RINCÓN DEL PEÑISTA
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Además de llevar muchas razón César en lo que dice en que se utiliza mal el nombre de Juanito, pues una cosa es recordarlo por su espíritu indomable a la hora de no dar por perdido ningún partido (al igual que Camacho y otros compañeros de aquella época), y por ello que se le mencione a la hora de tener que remontar alguna eliminatoria, y otra bien distinta es hacerlo invocando a su espíritu con una ouija, lo que me parece una total falta de respeto por parte de algunos que se las dan de muy madridistas y de querer mucho a Juan. Repito, además de eso, felicito a César, y de paso a Antonio, por traer al Blog uno de los mejores artículos que se han escrito sobre uno de nuestros jugadores. Eso si es respetar nuestra historia y conocerla, lo demás son pamplinas.
ResponderEliminarAquí un barcelonista hasta la médula, que escribe de puntillas, con poco ruido.
ResponderEliminarY digo que Juanito era un gran jugador. Y que tenía un carácter difícil pero noble. Se equivocó muchas veces, nunca por maldad, y eso para mi forma de entender la vida le redime en gran medida...algo que no sucede con otro grande, Hugo Sánchez, grande en el campo...sólo en el campo. Y no digo más.
Relaño es un sibilino, César, no te engañes, escribe muy bien, es muy inteligente, pero no tiene buen fondo y es muy taimado. Una lástima, porque tiene talento, no como personajes como Roncero...inenarrable.
Pero no profundizo en nada más, en realidad escribo porque César es un gran amigo. Y lo es porque es sensible, inteligente y muy raro, jaja.
Me encanta leerte con esa pasión tan tuya y con esa emotividad. Te noto falto de humor en el artículo, te pones demasiado serio, y te falta dureza...pero bueno, entiendo que tengas que recatarte.
Un abrazo,amigo.
Y con el número 1...¡¡CÉSAR!!