Sergio Rodríguez levanta el brazo celebrando una canasta. Fotografía as.com |
Cuarto partido del play off semifinal de la Liga Endesa ACB disputado en el Palacio de los Deportes José María Martín Carpena de Málaga ante 11.000 espectadores.
El Real Madrid se clasificó brillantemente para la final de la liga ACB después de vencer en la prórroga al Unicaja. En un ambiente hostil y con la baja de Slaughter por lesión a los 30 segundos de comenzar el partido, el Madrid demostró fortaleza mental y física para acabar con la resistencia malagueña. Pablo Laso dijo en la rueda de prensa posterior al choque: "mi grupo se hace fuerte cuando se hablan cosas de él que no son verdad". Sin duda, el Madrid ha tapado más de una boca que ya daba por hecho la victoria del Unicaja, no solo en el cuarto sino también en el quinto partido. Sergio Llull, con 22 puntos y 8 asistencias y Felipe Reyes, eterno Felipe, con 22 puntos y 9 rebotes en 25 minutos fueron las tablas de salvación del Real cuando el naufragio se veía cercano.
Naufragio que estuvo a punto de producirse tras un partido igualado en el que el Madrid fue siempre por delante. Laso tuvo mala suerte pues apostó por Marcus Slaughter en lugar de un apagado Mirotic para contagiar al quinteto inicial de la brega y lucha del californiano. Marcus anotó la primera canasta y al volver a su campo se torció el tobillo izquierdo de mala manera. No volvió a jugar. Entró en cancha Mirotic aunque fue Bourousis quien en los primeros minutos mantuvo el tipo en el juego interior. Con Llull pudiendo con Granger y Rudy (de más a menos) haciendo daño con su polivalencia, el Madrid dominó el rebote (qué daño ha hecho Unicaja en toda la serie) y se fue en el marcador (12-22, min. 8). Unicaja recortó distancias al final del primer cuarto (17-24) pero el Madrid se escapó de nuevo, gracias en gran parte a Felipe Reyes (quien ya apuntaba a figura del partido)
6 puntos seguidos de "El Gran Capitán" del Madrid le dieron la máxima ventaja con 3 minutos jugados del segundo cuarto (21-32). Lejos de venirse abajo, Unicaja, con Caner-Medley y Kuzminskas como puntales, fue recortando la ventaja punto a punto, rebote a rebote. Los blancos estuvieron casi 6 minutos sin anotar y Plaza (con la correspondiente técnica) se encargó de encender al público para meter aún más presión a unos ya de por sí desacertados colegiados. El Madrid llegó al descanso con la lengua en el suelo y el cuerpo lleno de moratones. Vázquez daba palos en cada rebote, sacaba el codo en cada bloqueo directo; Stimac acogotaba a Mirotic (2 puntos en todo el partido), Granger y Calloway asustaban a Sergio Rodríguez... la guerra que tan bien le fue a Unicaja en el tercer partido estaba en pleno apogeo al final del segundo cuarto (35-37).
Espectacular pase de Llull. Fotografía as.com |
El Madrid seguía por delante y eso fue una de las claves del partido, que no se dejó coger ventaja. Porque si el segundo cuarto fue una guerra, el tercero fue directamente un escándalo arbitral, permisivo con la gran agresividad local. Con la cuarta falta de Bourousis y la lesión de Slaughter, el Real se quedaba sin referentes en la zona. Solo Felipe, pegándose contra todo y contra todos daba la cara. El resto del equipo se fue difuminando hasta la nada. Rudy estuvo desacertadísimo (3 de 13 en tiros de campo para 9 puntos), Sergio Rodríguez recordaba por momentos a aquel fantasma que deambulaba por la cancha con el ínclito Messina. Malos augurios. Al final del cuarto, el Madrid solo dominaba por 1 punto (55-56) y los de Plaza estaban en su salsa. Laso vio técnica por protestar, cansado de tanto favor a los locales, pero apenas pudo contener la avalancha verde, a palo limpio y con poco acierto, eso sí.
En el último cuarto, Jaycee Carroll, con 4 puntos consecutivos y Salah Mejri, por fin en cancha, realizaron unos primeros minutos fundamentales para que Unicaja no se pusiera por delante. Con Fran Vázquez (incomprensiblemente en cancha con 4 faltas durante gran parte de la segunda parte) y Toolson tomando el relevo en la anotación local, Unicaja llegó a los últimos 3 minutos perdiendo por 7 puntos (66-73). En esos 180 segundos se vivió de todo: pérdidas del Madrid, permisividad arbitral, errores de Unicaja, un público volcado que presionaba al trío arbitral hasta la extenuación... con todo, el Madrid se vino abajo y no supo aguantar la renta. La jugada final, con Rudy manteniendo el balón 23 segundos para lanzar un triple de 9 metros resume el absurdo final que permitió a Unicaja disfrutar de una prórroga para forzar el quinto partido.
En los 5 minutos suplementarios no existió el Unicaja. Cansados de tanto pegar, no contaron con 2 protagonistas fundamentales: Reyes y Llull. Ambos asumieron la responsabilidad anotadora visitante, con un derroche amor propio e intensidad digna de encomio. Reyes volvió loco a Vázquez, literalmente. Llull con sus penetraciones y Sergio Rodríguez (muy mal todo el partido) con un triple a falta de 1 minuto, sentenciaron el partido (79-89). El Madrid ha sufrido mucho, muchísimo, para doblegar a un duro rival que ha dado la vida por llegar al quinto partido. Unicaja sale reforzado de esta serie pero también, y mucho, el Madrid, muy cansado física y psicológicamente, pero con un orgullo de campeón que debe ser la envidia de la mayoría de clubes de la ACB. Y con un jugador tan orgulloso como luchador que marcó la diferencia cuando peor estaban las cosas: Felipe Reyes.
Unicaja (17+18+20+18+6): Granger (4), Toolson (17), Suárez (12) Caner-Medley (13), Stimac (7) —cinco inicial—, Urtasun (0), Sabonis (0), Kuzminskas (9), Calloway (3), Hettsheimeir (6) y Vázquez (8).
Real Madrid (24+13+19+17+16): Llull (22), Rudy Fernández (9), Darden (0), Slaughter (2), Bourousis (8) —cinco inicial—, Carroll (11), Mirotic (2), Reyes (22), Rodríguez (9) y Mejri (4).
Árbitros: García González, Pérez Pérez y Calatrava.
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