Aquí tenéis un nuevo artículo de nuestra amiga Paula en el que se supone que lo que pretende es agradecer sus servicios a Ancelotti, pero que leyendo entre lineas y no entre lineas, es un ataque directo a nuestro portero y capitán Íker Casillas, o al menos es la conclusión que yo he sacado tras leerlo. Como que no todo son flores las que le dedica al italiano. Pero es indudable que nuestra amiga Paula escribe muy bien, y que lo que muchas veces criticamos a las grandes plumas del periodismo que escriben en As o Marca, no es precioso ir a buscarlo a esos periódicos.
En fin, aquí tenéis en nuevo artículo de Paula, que también podréis encontrar en http://madridsports.es/
GRAZIE, CARLO
Carlo Ancelotti llegó con el aplauso de la prensa, el mismo con el que le despidieron pero al parecer no merecía después de ganar una Copa de Europa. Vino con la aureola de pacificador, en una época convulsa que la prensa, otra vez, se había encargado de avivar. Siempre impoluto en su percha y en sus declaraciones, amansó a las fieras, trató de unir a una afición dividida y quiso instalar la paz en un vestuario que se había posicionado descaradamente a favor o en contra del anterior técnico, José Mourinho.
El primer fuego que interesó a la prensa (otra vez) avivar fue el de la titularidad o no de Íker Casillas. La misma cantinela con la que continúan dos años después de la llegada de Ancelotti. El técnico italiano se decantó por Diego López en la competición doméstica y optó por el capitán para la Copa del Rey y la Champions League. Le salió bien la jugada de la portería a ojos (otra vez) de la prensa, pues el Madrid se alzó con las dos competiciones en las que Casillas defendía, por llamarlo de alguna manera, la portería. En la temporada que acaba de finalizar, el de Móstoles se topó, entiéndanse segundas intenciones si se quiere, con una titularidad que parecía destinada a Keylor Navas, máxime después de haber sido el mejor portero del Mundial celebrado en Brasil, donde precisamente Casillas firmó una de sus peores actuaciones, línea en la que ha seguido toda la temporada, llevando al club blanco a ser campeón de nada en el año 2015. Ancelotti y, por ende, el Real Madrid lo perdieron todo, pero el italiano contaba con el beneplácito de los periodistas, pues el niño mimado de éstos era dueño y señor de la portería. Un auténtico pacificador.
Quizás sea este tema, junto a las no rotaciones y los cambios realizados siempre en las postrimerías de cada encuentro, las páginas más negras escritas por Ancelotti como técnico del club de Concha Espina. Pero si nos remontamos al año 2014, que tampoco hace tanto tiempo, que en realidad fue casi ayer, si hacemos memoria, si miramos hacia atrás con perspectiva o no, con objetividad o no, Carletto fue todo un triunfador la temporada pasada. Llegó al Real Madrid y besó el santo. Entiéndase esto también con segundas intenciones. Trajo la primavera de nuevo. Esto es innegable. Después de Glasgow y la volea más maravillosa que ha pasado por delante de mis ojos, no recordaba el madridismo una primavera como la del año pasado.
“Vengo para ganar la Décima”, afirmó socarronamente y con la convicción de su ceja el primer día. Dicho y hecho. Pero antes, días antes de que nos volviéramos locos contra Casillas y su fallo en la final y antes de perder toda cordura con el minuto 93, le ganó al Barcelona la Copa del Rey con el primer gol de la historia del fútbol marcado sobre una moto, el de Bale. Era una semana de pasión. España entera sacaba a pasear sus santos por las calles y el nuestro levantaba una Copa del Rey delante de la cara de su amigo Xavi.
Semanas después desnudó a Guardiola, despojándolo de hipocresía y saber perder. Carletto y su grupo de atletas fueron a las olimpiadas de Múnich y apagaron la vanidad y el fuego muniqués que parecía atisbarse en algunos árboles. Goleada y a la final, con un Pep que bebía a traguitos en una botella de agua pequeña su soberbia. Lo que pasó en Lisboa está en el corazón de la memoria de cada madridista, no es necesario narrarlo. Sólo cabe afirmar que Ancelotti ya es para siempre el entrenador que trajo la ansiada Décima. Un madridista puede no recordar con qué técnico se ganó la vigésima Liga, pero siempre sabrá quién estaba en el banquillo cuando la Décima emprendió el camino hasta el Bernabéu, presta a reunirse con sus nueve hermanas.
Después vinieron la Supercopa de Europa ante un Sevilla que en el viejo continente sólo le gana a equipos que no conocen ni en su casa a la hora de comer, el récord de victorias consecutivas, que si nos presentamos en ese momento a las elecciones generales para el gobierno de España las ganamos también, y el Mundial de Clubes, que trajo la maldición de la escarapela de campeones del mundo. Y más tarde llegó enero y febrero y la pérdida del liderato, con ridículo en el Calderón incluido y un portero vencido hacia el lado contrario en el Campo Nuevo. Caímos en la Champions como estaba escrito: con goles de un canterano. Y a partir de ahí…el dolor y el desierto.
Pero una tiende a ser benévola y agradecida en las despedidas. Con quien lo merece. Entiéndase aquí con quién no lo voy a ser cuando llegue el momento de su ansiado adiós. Ancelotti nos devolvió la sonrisa y la tranquilidad de haber acabado con doce años de sequía en Europa. Forma parte para siempre de uno de los momentos más felices que ha vivido el madridismo. Aquella ceja levantada de manera inquisidora traía, aunque no lo sabíamos, una Champions League. Un padre para los jugadores, dicen algunos que es. El padre de la Décima desde luego que sí.
Imaginaré a Carletto en su retiro, en su año sabático, leyendo libros en italiano, levantando sus cejas más allá de sus gafas. Fumando incesantemente, quizás buscando a Coentrao para que le dé fuego. Alguna vez revisará la final de Lisboa y en el minuto 36 de partido sacudirá lentamente hacia los lados su cabeza, apagará el cigarrillo y pensará para sí: “De la que me libró Sergio…”.
Muchas gracias por toda la informacion recivida durante toda esta temporada.
ResponderEliminarSaludos
Buenos días Gerardo,
ResponderEliminarQué lástima como terminó la temporada, igualmente quería agradecerte el viaje a Turín ya que nos lo pasamos muy bien tanto mi padre como Yo. Sois gente muy maja y estuvimos encantados.
Gracias por todo y un abrazo fuerte……….y que Dios nos pille confesados con Benitez
Estoy de acuerdo con la entrada de Antonio, en vez de un artículo de agradecimientos a Ancelotti, que no se si es lo que pretendía, parece un bocado al cuello de Íker. No es el primer artículo que leo de Paula, y se nota mucho que es admiradora de nuestro anterior entrenador.
ResponderEliminarTe llamé para felicitarte por toda la información recibida en el correo mandado pero, dado que no conecté contigo, te mando este comentario para hacerlo, pues todo ello requiere trabajo y dedicación.
ResponderEliminarUn cordial saludo